Síndrome del impostor: cómo detectarlo y trabajarlo

19/01/2022 | Santander Universidades

¿A veces tienes la sensación de que tus logros y éxitos son un fraude? ¿Que no te mereces el reconocimiento? ¿Que pronto van a descubrir que todo ha sido suerte y no eres tan excelente como se piensa? Es posible que estés siendo víctima del síndrome del impostor, un trastorno psicológico que hace creer a quienes lo sufren que no están a la altura. 

Y, lamentablemente, esta sensación es muy común. ¿Sabías que ocho de cada diez personas han padecido el síndrome del impostor en algún momento de su vida? Como consecuencia, empiezan a dudar de sí mismas, la angustia de evidenciar su “verdadero” perfil los agobia, les baja la autoestima y tienden a sabotear sus propios proyectos, convirtiéndose en un obstáculo invisible del desarrollo profesional y personal. 

¿Estás bajo los efectos de este bloqueo mental? Descubre qué es exactamente el síndrome del impostor, cuáles son sus síntomas y posibles causas, y cómo puedes manejar esta situación. 

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor fue desarrollado a finales de los 70 por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes. Se trata de un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sientan que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo, incluso aunque sean competentes y exitosas en sus áreas. 

Un ejemplo muy claro es el de un estudiante que ha trabajado duro y se presenta a los exámenes, pero cree que no ha rendido lo suficiente o que no conseguirá buenas notas, aunque luego se sorprende con un excelente resultado.

Este trastorno tiene diferentes niveles y puede desde generar cierta inseguridad en uno mismo hasta resultar limitante para asumir nuevos retos. Asimismo, puede aparecer de manera temporal, como consecuencia de algún cambio que se haya producido en la vida personal o profesional, o prolongarse y empeorar con el tiempo, llegando a afectar las relaciones interpersonales y profesionales, así como al desempeño laboral y a la satisfacción personal. Por esta razón, es necesario identificar y trabajar en el síndrome del impostor. 

Síndrome del impostor

¿Quién sufre el síndrome del impostor? 

Por lo general, cualquier persona puede sufrir el síndrome del impostor. 

Hay casos de profesionales de éxito, como Neil Amstrong o Emma Watson, o líderes mundiales, como Michelle Obama, que dicen haber vivido esta sensación de fraude. De hecho, según el Índice de la anatomía del trabajo, de Asana, a mayor jerarquía profesional, mayor probabilidad de sufrirlo, en la línea del “Solo sé que no sé nada” de Sócrates. 

En este sentido, las personas que padecen el síndrome del impostor tienden a ser muy autoexigentes. El problema es que, cuando tienes las expectativas excesivamente altas sobre ti misma, es más fácil que nunca llegues a cubrirlas. Esto genera altos niveles de ansiedad, inseguridad y posibles bloqueos mentales

Por eso, es habitual desarrollar este sesgo cognitivo cuando se ha crecido dentro de entornos familiares disfuncionales, donde el nivel de exigencia ha sido muy alto o con constantes comparaciones, provocando que el menor tenga esa sensación de nunca cumplir con lo que se espera de él o ella. O también guarda relación con los estereotipos asignados históricamente a determinados grupos socioculturales. Por ejemplo, las investigaciones han descubierto que existe una mayor prevalencia entre los estudiantes de raza negra. 

Lo mismo ocurre con las mujeres, quienes presentan una incidencia del síndrome del impostor más alta que sus compañeros varones. De hecho, de acuerdo con un estudio de Access Commercial Finance, las mujeres son un 18% más propensas a padecerlo que los hombres. Esto se debe a que las expectativas sociales, la imposición del papel de “súper mujer” (madre, trabajadora, cuidadora, amiga, deportista, …), ser minoría en determinados sectores profesionales o puestos jerárquicos y las discriminaciones de género son un buen caldo de cultivo para este trastorno psicológico

¿Cuáles son los cinco perfiles más comunes?

La doctora Valerie Young, pionera en el estudio de este trastorno, categorizó los comportamientos relativos al síndrome del impostor en los siguientes cinco grupos o perfiles:

  • Perfeccionista: aquellas personas que se proponen metas demasiado altas y siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor, aunque tengan éxito. 
  • Superhumano: para cubrir sus inseguridades, estas personas creen que necesitan trabajar cada vez más, lo que puede acabar perjudicando su salud mental y su relación con los demás.
  • Genio natural: son quienes suponen que todo debe salirles al primer intento o de forma fluida, y se frustran cuando no es así.
  • Individualista: escogen hacerlo todo por su cuenta y sin pedir ayuda a los demás por temor a que se evidencien sus supuestas incapacidades.
  • Experto: consideran que no han sido honestos y tienen miedo a que los descubran.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome del impostor?

¿Cómo reconocerlo? El síndrome del impostor se manifiesta a través de diversos síntomas, visibles en actitudes de quien lo padece. Lo primero que hay que hacer es comprobar si repites estas posturas: 

  • No aceptar las recompensas. El hecho de no interiorizar los propios logros hace que, al recibir una felicitación, como un premio o una buena calificación, lo atribuyas a otras causas, como ayuda externa o la suerte. 

  • Achacar el éxito al equipo. Consideras que cualquier logro siempre ha sido gracias al trabajo en equipo, sin valorar el trabajo individual que has aportado para conseguir las metas. 

  • Tener miedo al fracaso. Quienes sufren el síndrome del impostor viven en una constante situación de angustia, ya que temen ser descubiertos. 

  • No salir de la zona de confort. Este temor te lleva a no querer asumir nuevas responsabilidades o afrontar nuevos retos que puedan ponerte en evidencia. 

  • Realizar una comparación constante. Ante esa inseguridad sobre ti mismo, estás constantemente comparándote con el resto, buscando corroborar tus creencias sobre sus falsos méritos. 

  • Intentar ser un superhéroe. Otra actitud muy habitual del síndrome del impostor es la de tratar de ser siempre el mejor, actuar como invencible y superpoderoso. Este perfeccionismo desmedido retroalimenta el problema cuando los objetivos no se consiguen. 

  • Sufrir burnout. Para tratar de ocultar las supuestas carencias, realizas un esfuerzo extra que conduce a un exceso de trabajo y al síndrome de burnout

¿Cómo diagnosticar el síndrome del impostor? Descubre con este test si lo padeces

Si crees compartir algunos de los miedos o síntomas descritos, puedes realizar el siguiente test para saber si sufres el síndrome del impostor y en qué grado. 

Eso sí, ten en cuenta que, más allá del resultado de la prueba, si percibes que algo no va bien en cómo manejas ciertas expectativas sobre tu carrera laboral o profesional o en cómo te sientes en ciertas circunstancias, no dudes en acudir a un especialista. Te ayudará a evaluar tu caso y a gestionar esas sensaciones que te frenan en tu carrera.

Instrucciones para realizar el test

  1. Lee atentamente cada una de las preguntas y respuestas y selecciona aquella con la que sientas mayor identificación. No te lo pienses demasiado, la respuesta natural surge de manera automática.

  2. Una vez que hayas respondido a estas 8 preguntas, haz un recuento del número de veces que se repite cada una de las letras A, B, C y D.

  3. Cuando hayas identificado qué letra es la que más veces se repite en tus respuestas, ve al final del test.

  4. Al final del test, encontrarás la interpretación de los resultados y descubrirás  en qué medida estás sufriendo el síndrome del impostor.

Test Síndrome del impostor

¿Cómo combatir el síndrome del impostor?

Si has descubierto que sufres el síndrome del impostor, es hora de trabajarlo. Combatir este fenómeno psicológico implica un proceso de autorreflexión y cambio de patrones de pensamiento negativos. Aquí hay algunas acciones desarrolladas que pueden ayudar a superarlo:

  • Reconocer tus fortalezas y debilidades reales. Una de las primeras claves que necesitas para gestionar el síndrome del impostor es tener claros tus puntos fuertes y débiles. Así, si eres consciente de tu alta perseverancia, podrás asumir el mérito de haber sido ascendido. Como dijo Confucio: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber”. 

  • Establece metas realistas. Es importante también que fijes metas alcanzables y las plasmes en un plan de acción para alcanzarlas. Esto te ayudará a mantener el enfoque y la motivación.

  • Utiliza un enfoque objetivo. Esto significa poner el foco en los hechos, no en las creencias o interpretaciones. Por ejemplo, acaban de promocionarte a jefe de equipo, pero ¿te has parado a pensar que eres el mejor formado y con más experiencia en el campo? Este pensamiento crítico te permitirá disipar las dudas. 

  • Reconoce tus logros. Mantén un registro de tus éxitos y méritos; te ayudará a recolocarte en tu lugar cuando el síndrome del impostor salga a escena. Y celébralos, por pequeños que sean. 

  • Evita las comparaciones. Aprende a confiar en ti y en el fruto de tu esfuerzo, sin ponerlo siempre en tela de juicio por los éxitos o cualidades de los demás. Recuerda que cada persona presenta su propio valor añadido. 

  • Cambia tu diálogo interno. Desafía los pensamientos negativos y cámbialos por afirmaciones positivas y realistas sobre ti mismo. Por ejemplo, en lugar de castigarte por un fracaso y enfocarte en que nunca lo conseguirás, piensa que ese error te permitirá hacerlo mejor la próxima vez. Se trata de aprender a gestionar emocionalmente la incomodidad. 

  • Busca apoyo. Comparte tus sentimientos con amigos, familiares o un profesional de la salud mental. El apoyo social puede ayudarte a ganar perspectiva y sentirte menos solo en tus experiencias. Si todos coinciden en que te lo mereces, ¿no será verdad? 

  • Mejora tu capacitación. Continuar adquiriendo conocimientos, sin importar la edad que tengas, es una de las mejores vías para obtener esta confianza que necesitas para vencer al síndrome del impostor. Te servirá como argumento para acallar a esa voz destructiva interior y te aportará nuevas habilidades con las que reducir el riesgo de fracaso. 

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Fuentes

Publicado originalmente el 19 de enero de 2022, actualizado el 09 de mayo de 2024

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