Derechos digitales: qué son, para qué sirven y cuáles existen

16/04/2025 | Santander Universidades

¿Alguna vez te has preguntado quién tiene acceso a tus datos cuando navegas por internet? En un contexto en el que pasamos más de seis horas diarias conectados, los derechos digitales se han vuelto esenciales para proteger nuestras libertades y privacidad online.

Y es que se estima que el 75 % de los datos generados digitalmente corresponden a información personal. Este volumen creciente de datos incluye desde nuestras búsquedas en internet hasta las compras en línea o la ubicación de nuestros dispositivos. 

Esta información, cuando no está bien protegida, puede ser recopilada, procesada e, incluso, vendida sin el consentimiento del usuario. Esta realidad plantea importantes retos éticos, legales y sociales sobre la privacidad y el control que cada persona debería tener sobre su información.

En este artículo, exploraremos qué son los derechos digitales, cuál es su propósito esencial en nuestra sociedad, y analizaremos los diferentes tipos que existen en la actualidad. 

¿Qué son los derechos digitales?

Los derechos digitales son aquellas facultades y libertades que poseen las personas en el entorno digital. Sin embargo, no son derechos nuevos, sino la aplicación de derechos humanos fundamentales adaptados al contexto tecnológico. 

Estos derechos abarcan distintos ámbitos esenciales para garantizar una experiencia digital segura, libre y equitativa, entre los que destacan los siguientes:

  • Protección de datos personales.

  • Privacidad online.

  • Libertad de expresión en plataformas digitales.

  • Acceso a internet.

  • Protección contra la vigilancia injustificada.

El concepto de derechos digitales ha ido evolucionando desde las primeras conexiones a internet hasta la actual sociedad hiperconectada. En la actualidad, como señala la Comisión Europea en su Informe sobre el estado de la Década Digital 2024, el reconocimiento legal de estos derechos ha pasado de ser una cuestión técnica a convertirse en un pilar fundamental para la ciudadanía del siglo XXI.

Marco legal y regulaciones

En Europa, el marco legal vigente más importante es el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), implementado en 2018, que revolucionó la forma en que se manejan los datos personales, ya que estableció estándares europeos de protección. Este reglamento garantiza derechos como el acceso a los datos propios, el derecho a la rectificación o el derecho al olvido.

En España, la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD) complementa el GDPR y añade nuevos derechos, como la desconexión digital en el ámbito laboral o la protección de los menores en internet.

Con esta ley, nuestro país ha avanzado en la implementación de marcos regulatorios para la protección de derechos digitales. Sin embargo, todavía existen desafíos importantes en su aplicación efectiva y el conocimiento ciudadano de estos derechos.

cuáles son los derechos digitales

¿Para qué sirven los derechos digitales?

En el entorno hiperconectado actual, cada acción en línea deja un rastro. En este contexto, los derechos digitales han surgido como una herramienta clave para garantizar que nuestra presencia en internet se desarrolle en condiciones de libertad, seguridad y justicia. A continuación, exploramos algunas de las funciones más importantes que cumplen en nuestra vida diaria.

Protección de la privacidad y los datos personales

Los derechos digitales te permiten controlar quién accede a tu información personal y cómo se utiliza. En un momento en que las empresas recopilan datos de forma constante, estos derechos son esenciales para proteger tu privacidad.

En concreto, las legislaciones en materia de protección de datos te dan la posibilidad de solicitar a las empresas qué información tienen sobre ti, corregirla si es inexacta o, incluso, pedir su eliminación. Estas herramientas resultan clave en una sociedad en la que la huella digital puede influir desde el precio que pagas por un producto hasta las oportunidades profesionales que se te presentan.

No obstante, garantizar su cumplimiento sigue siendo un reto. Un estudio reciente del Centro Europeo de Derechos Digitales (Noyb) sobre la eficacia de las agencias de protección de datos en Europa revela que, a pesar de los avances legislativos, solo el 1,3% de las denuncias por violaciones de privacidad han resultado en una sanción. Esto demuestra la necesidad de fortalecer no solo la legislación, sino también los mecanismos de aplicación.

Garantía de la libertad de expresión en internet

Internet ha transformado la forma en que nos comunicamos y accedemos a distintas opiniones e ideas. Sin embargo, esta libertad no está garantizada por defecto. Los derechos digitales protegen la libertad de expresión online frente a la censura gubernamental o corporativa.

Al mismo tiempo, estas regulaciones buscan un equilibrio entre la libertad y la protección contra contenidos dañinos, como la desinformación o el discurso de odio. El verdadero reto consiste en permitir el libre intercambio de ideas sin propiciar la propagación de contenidos nocivos.

Para lograrlo, la moderación de contenidos en plataformas digitales debe basarse en principios de transparencia y respeto a los derechos fundamentales. De esta forma, se evita tanto la censura injustificada como la proliferación de contenido dañino.

Acceso equitativo a la información y la conectividad

La brecha digital sigue siendo una realidad que afecta a millones de personas. El derecho a un acceso equitativo a internet busca que todos, más allá de su ubicación geográfica o situación socioeconómica, puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la digitalización.

Por ejemplo, el estudio Brecha Digital de Género Edición 2024 del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) revela que España ha avanzado en reducir las disparidades de acceso. No obstante, persisten diferencias significativas en el uso avanzado de tecnologías digitales entre hombres y mujeres, sobre todo en áreas rurales y entre personas mayores.

Por otro lado, la neutralidad de la red es otro principio que garantiza que todos los datos en internet sean tratados de manera igualitaria, sin discriminación por origen, destino o contenido. Este principio previene que los proveedores de servicios puedan ralentizar o bloquear ciertos contenidos por intereses comerciales o políticos.

 evolución de derechos digitales

Tipos de derechos digitales

En el marco de las normativas que regulan nuestra vida en línea y nos protegen como ciudadanos, existen diversos tipos de derechos digitales que analizamos a continuación. 

Derecho a la privacidad y protección de datos

Este derecho te permite controlar cómo se recopilan, almacenan y utilizan tus datos personales. Aquí te presentamos las principales facultades que incluye:

  • Consentimiento informado. Las organizaciones deben obtener tu permiso claro antes de recopilar o procesar tus datos personales.

  • Derecho de acceso. Puedes solicitar a cualquier organización qué datos tienen sobre ti y cómo los están utilizando.

  • Derecho de rectificación. Puedes corregir información inexacta o desactualizada sobre ti.

Para proteger tu privacidad en línea, puedes utilizar herramientas como gestores de contraseñas, navegación privada o redes privadas virtuales (VPN). 

Derecho a la identidad digital

Tu identidad digital es el conjunto de datos que te identifican en el entorno online, desde tus perfiles en redes sociales hasta tus credenciales en servicios digitales. Este derecho te protege contra la suplantación y el uso indebido de tu identidad en internet.

Y es que el robo de identidad digital es uno de los ciberdelitos más frecuentes y puede tener consecuencias graves, como fraudes económicos o daños reputacionales. Por este motivo, los derechos digitales establecen mecanismos para prevenir estos abusos y facilitar su reparación cuando se producen.

Derecho a la seguridad digital

Este derecho establece que tanto ciudadanos como organizaciones deben poder utilizar servicios digitales con garantías de seguridad adecuadas frente a ciberamenazas, como malware, phishing o ransomware.

En este sentido, las empresas y administraciones deben implementar medidas de ciberseguridad adecuadas al nivel de riesgo, conforme a normativas como el GDPR. 

En España, como se revela en el mencionado Informe de la Década Digital 2024, se han reforzado las capacidades en materia de ciberseguridad. No obstante, todavía existen muchos retos, sobre todo en infraestructuras críticas y pequeñas empresas.

Derecho al acceso universal a internet

El acceso a internet se considera cada vez más un derecho básico y esencial para la participación plena en la sociedad actual. Este derecho busca garantizar que todas las personas puedan conectarse a internet con una calidad suficiente y a un precio asequible.

En esta línea, la Unión Europea establece como objetivo que el 100% de la población tenga acceso a internet de alta velocidad para 2030, con el fin de reducir las brechas territoriales y sociales aún existentes.

Diferentes países han implementado políticas públicas para extender la conectividad. Para ello, distintos países han puesto en marcha políticas públicas como las siguientes:

  • Inversión en infraestructuras en zonas rurales y desfavorecidas.

  • Subvenciones para reducir el coste de acceso a hogares con menos recursos.

  • Creación de puntos de acceso gratuito en espacios públicos.

Derecho a la educación digital y alfabetización tecnológica

La alfabetización digital se ha convertido en una competencia esencial. Este derecho establece que todas las personas deben tener oportunidades para desarrollar las habilidades necesarias para participar de forma plena en la sociedad digital.

Para reducir las desigualdades en este ámbito, se han puesto en marcha iniciativas como el Plan Nacional de Competencias Digitales, que ofrece programas adaptados a diferentes perfiles, desde estudiantes hasta trabajadores que necesitan actualizar sus conocimientos, pasando por personas en riesgo de exclusión digital.

Derecho al olvido y control de la información personal

El control de la información personal permite solicitar la eliminación de tus datos personales en determinados supuestos: cuando ya no sean necesarios, cuando se hayan utilizado sin consentimiento o cuando hayan causado perjuicios.

Este derecho ha sido reconocido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y se ha incorporado al GDPR. De esta forma, los ciudadanos pueden solicitar la eliminación de información obsoleta o irrelevante que pueda afectar de forma negativa a su reputación o privacidad.

Sin embargo, su aplicación se enfrenta a desafíos importantes. Y es que debe equilibrarse con otros principios, como el interés público o la libertad de información. Por este motivo, no toda información puede ser eliminada, sobre todo si es de relevancia social o histórica.

conocer los derechos digitales

Retos y desafíos en la protección de los derechos digitales

A pesar de los avances normativos y tecnológicos, la protección de los derechos digitales sigue enfrentándose a múltiples obstáculos. Identificar estos retos es clave para reforzar las garantías ciudadanas y construir una digitalización más justa y segura para todos. A continuación, analizamos los principales desafíos en la implementación de los derechos digitales. 

Dificultades en la regulación internacional

Internet no entiende de fronteras, pero las leyes sí. Esta desconexión entre un entorno digital global y marcos jurídicos nacionales genera serias dificultades para hacer cumplir los derechos digitales de forma efectiva. Por ejemplo, mientras que Europa cuenta con uno de los sistemas más protectores del mundo, el GDPR, otros países tienen enfoques muy diferentes.

Estas disparidades también se reflejan entre los propios países europeos, ya que algunas autoridades nacionales son mucho más activas que otras en la imposición de sanciones por infracciones.

De ahí que la cooperación internacional y la armonización de regulaciones sean esenciales para garantizar una protección efectiva en un entorno digital sin fronteras. En este sentido, iniciativas como el Convenio 108+ del Consejo de Europa buscan establecer estándares mínimos comunes a nivel internacional.

Desinformación y control de la información

La propagación de desinformación representa uno de los mayores desafíos para los derechos digitales. Las noticias falsas pueden manipular la opinión pública, afectar procesos democráticos y polarizar sociedades.

Sin embargo, combatir este fenómeno requiere un equilibrio delicado entre la lucha contra la desinformación y el respeto a la libertad de expresión. Las estrategias más eficaces combinan las siguientes líneas de acción:

  • Regulación equilibrada y transparente.

  • Responsabilidad de las plataformas digitales.

  • Alfabetización mediática e informacional.

  • Verificación de hechos e investigación independiente.

Uso de inteligencia artificial y derechos digitales

El avance de la inteligencia artificial plantea nuevos desafíos para los derechos digitales. Los sistemas automatizados pueden procesar enormes cantidades de datos personales y tomar decisiones con impacto significativo en nuestras vidas.

En este contexto, uno de los riesgos más señalados es el sesgo algorítmico: si la IA se entrena con datos discriminatorios, es probable que reproduzca, e incluso amplifique, esas desigualdades. 

Por este motivo, la Unión Europea está desarrollando un marco regulatorio pionero, la Ley de Inteligencia Artificial, que establece requisitos estrictos para aquellas aplicaciones consideradas de alto riesgo, como los procesos de selección de personal o la evaluación para el acceso a servicios esenciales. El objetivo es asegurar que la IA sea transparente, ética y respetuosa con los derechos fundamentales.

Una ciudadanía digital, activa y consciente

En la era digital, ser usuarios de internet no es suficiente, también debemos convertirnos en ciudadanos digitales activos, capaces de ejercer nuestros derechos con conocimiento y responsabilidad. 

De hecho, la comprensión de los derechos digitales, además de proteger nuestra privacidad o libertad de expresión, se ha convertido en una competencia clave en el mundo laboral. Y es que cada vez más empresas valoran a los profesionales que entienden los retos éticos, legales y tecnológicos del entorno digital, y que saben desenvolverse en él con criterio.

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Fuentes

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