¿Sabías que el éxito profesional no depende solo de tus conocimientos técnicos? Cada vez más, las empresas valoran la capacidad de construir relaciones positivas, comunicarse de manera efectiva y trabajar en equipo. De hecho, en 2023, los ejecutivos destacaron un 31 % más que en 2018 las habilidades blandas en sus perfiles de LinkedIn.
Y es que las habilidades sociales, también conocidas como soft skills, son esenciales para fomentar entornos laborales saludables, fortalecer la cohesión entre compañeros y mejorar la productividad.
En un mercado laboral cada vez más competitivo y cambiante, la colaboración y el bienestar se han convertido en prioridades estratégicas. Por este motivo, desarrollar las habilidades sociales ya no es una opción, sino una necesidad.
En este artículo, te contamos qué son las habilidades sociales, qué tipos existen y cómo puedes potenciarlas.
Las habilidades sociales son parte de nuestro día a día y tienen mucho que ver con cómo gestionamos nuestras relaciones interpersonales. Desde una conversación casual hasta una reunión importante, pasando por la resolución de un conflicto, nuestras competencias sociales influyen de manera directa en el resultado de cada interacción.
Si bien estas competencias están muy ligadas a la inteligencia emocional, un concepto popularizado por Daniel Goleman, no son lo mismo. La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. En cambio, las habilidades sociales son la manifestación práctica de esta inteligencia en nuestras interacciones. En otras palabras, la inteligencia emocional nos da la comprensión y las habilidades sociales nos permiten actuar con ella.
Aunque pueda parecer que las habilidades sociales quedan en un segundo plano en el ámbito laboral, la realidad es que son esenciales para fomentar el trabajo en equipo, resolver conflictos y mantener un ambiente saludable y productivo. Y es que de ellas depende, en gran parte, lograr una comunicación fluida y efectiva, vital para el éxito de cualquier organización.
Las habilidades sociales se pueden clasificar en diferentes tipologías según el entorno y contexto en el que se apliquen. Por ejemplo, no se requieren las mismas capacidades para liderar un equipo que para organizar una actividad grupal. A continuación, te explicamos los principales tipos de habilidades sociales y las competencias asociadas a cada grupo.
Las habilidades sociales básicas son aquellas que la mayoría de las personas tenemos asumidas y empleamos en nuestras interacciones cotidianas. El aprendizaje de este tipo de habilidades se suele dar durante la infancia como parte de la educación familiar. De hecho, son el pilar sobre el que se sustentan las demás competencias sociales. Dentro de esta categoría podemos encontrar los siguientes ejemplos:
Saludar.
Preguntar.
Escuchar.
Respetar el turno de palabra.
Mostrar simpatía.
Presentarse.
Las habilidades afectivas son las que están más relacionadas con el aspecto emocional y nos permiten entender, expresar y gestionar nuestros sentimientos y los de los demás. De ahí que sean esenciales para satisfacer nuestras necesidades, establecer vínculos positivos y cuidar el bienestar emocional en las relaciones. Aquí te presentamos algunas de las principales habilidades afectivas:
Empatía.
Gestión del miedo.
Expresión de afecto.
Apoyo emocional.
Serenidad.
Consuelo.
Afrontamiento del enfado.
Estímulo.
Al hablar de habilidades sociales de planificación, no nos referimos solo a la gestión o el diseño de un plan concreto, sino también a la capacidad de analizar situaciones para anticipar problemas y encontrar soluciones eficaces. Entre estas competencias, se destacan las siguientes:
Toma de decisiones.
Recopilación de información.
Búsqueda de posibles soluciones.
Priorización de resoluciones.
Concentración.
Las capacidades de negociación son aquellas que, ante un problema, discusión, conflicto o diferencia de opiniones, nos permiten llegar a un acuerdo. Gracias a ellas, es posible establecer condiciones que conduzcan a un punto común, respetando el punto de vista de los demás sin dejar de defender el propio. En este sentido, te mostramos algunas de las habilidades sociales de negociación:
Manejo del miedo al fracaso o a no ser tenido en cuenta.
Asimilación del éxito.
Respeto a los demás.
Defensa de los derechos propios y ajenos.
Asunción de responsabilidades, culpas u obligaciones.
Habilidad para expresar quejas de forma adecuada.
Capacidad para ceder o proponer alternativas.
Las habilidades de esta categoría van un paso más allá. Y es que nos ayudan a construir relaciones profundas de amistad, amor o colaboración, y son clave para desenvolverse en situaciones de alta complejidad o responsabilidad. Además, estas competencias avanzadas son esenciales para comunicarnos de forma efectiva.
En esta categoría, se encuentran las siguientes competencias:
Inteligencia emocional.
Inteligencia social.
Solicitud de ayuda.
Disculpa.
Consejo.
Compasión.
Apertura mental.
Emisión de instrucciones claras.
Adaptación al cambio.
Estas competencias determinan la manera en que afrontamos las situaciones de presión. Por este motivo, desarrollarlas no solo mejora el bienestar personal, sino que también fortalece las relaciones en el entorno laboral y social. A continuación, te mostramos las principales habilidades sociales ante el estrés:
Independencia emocional.
Gestión del fracaso y de la presión.
Respeto a los valores propios y de los demás.
Defensa ante los ataques.
Afrontamiento constructivo de los conflictos.
Creación de espacios para la relajación.
Respeto de los tiempos de trabajo y descanso.
Rendimiento en contextos de alta presión.
En el libro Inteligencia Emocional, el escritor, periodista y psicólogo estadounidense Daniel Goleman afirma: "Lo que realmente importa para el éxito, el carácter, la felicidad y los logros vitales es un conjunto definido de habilidades sociales, no solo habilidades cognitivas que son medidas por tests convencionales de cociente intelectual".
En este sentido, más allá de la formación técnica de una plantilla, el éxito de una empresa depende de su capacidad para construir equipos cohesionados en el que se fomente un buen clima laboral que garantice el bienestar de las personas. En este contexto, las habilidades sociales se vuelven imprescindibles tanto para los profesionales como para quienes ejercen roles de liderazgo.
De ahí que el éxito o fracaso de una empresa recaiga, en parte, en las habilidades sociales de sus empleados para interactuar, comunicarse y empatizar con los demás. Y es que contar con un equipo que dispone de dichas competencias aporta beneficios como los siguientes:
Mejora la comunicación entre los miembros del equipo.
Impulsa un ambiente laboral positivo.
Permite reducir y gestionar de forma más eficaz los conflictos.
Optimiza el proceso de toma de decisiones.
Potencia la eficacia del liderazgo.
Facilita la adaptación a los cambios.
Estimula la generación de sinergias.
Incrementa la productividad y la eficiencia colectiva.
Refuerza la colaboración y el trabajo conjunto.
Favorece el desarrollo personal y profesional.
El desarrollo de las habilidades sociales requiere de un enfoque progresivo que combine teoría y práctica.
El primer paso es adquirir una base sólida de conocimiento, ya sea a través de una formación especializada, del autoconocimiento o con el apoyo de un profesional. Esto te ayudará a identificar tus puntos fuertes y las áreas que necesitas mejorar.
A partir de ahí, la clave está en practicar de forma constante y reflexiva, aplicando lo aprendido en tu entorno personal y laboral para ganar confianza y soltura en tus interacciones.
Además, aquí te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte en este camino de aprendizaje:
Identifica las dificultades: todos tenemos dificultades para afrontar ciertas situaciones sociales. Por este motivo, es importante identificarlas, aceptarlas y empezar a trabajar en ellas.
Avanza de manera gradual: no se trata de lanzarse al vacío y exponerse de forma directa a estas situaciones. Debes encontrar la forma de ir progresando poco a poco. Por ejemplo, puedes practicar primero las situaciones y habilidades que menor estrés te generen.
Expresa tus dificultades: comenta con tus amigos y compañeros de confianza las dificultades que tienes. Esto te quitará mucha presión y podrás contar con su apoyo y feedback para seguir mejorando.
Haz dinámicas: realizar actividades en grupo o ejercicios de role-playing puede ser muy útil para practicar y mejorar tus habilidades sociales. Estos ejercicios te ayudarán a prepararte y practicar para situaciones reales.
Practica la empatía: es imprescindible a la hora de mejorar nuestras habilidades sociales. Ponerte en el lugar de los demás te permitirá valorar otros puntos de vista, lo que reforzará el tuyo propio y aumentará el aprendizaje.
Ten constancia: nuestras habilidades sociales están arraigadas a nuestra forma de ser y al funcionamiento de nuestro cerebro. Cambiar la reacción automática a situaciones sociales requiere de tiempo y constancia. Por este motivo, no te desesperes si no ves los resultados de manera inmediata, con paciencia y práctica, comenzarás a notar los cambios.
Fórmate: hay muchas plataformas de aprendizaje online que ofrecen cursos sobre habilidades sociales. Estos cursos pueden ser una excelente opción si prefieres aprender a tu propio ritmo.
Desarrolla el autoaprendizaje: también puedes trabajar las habilidades sociales por tu cuenta. Hay muchos libros y recursos online disponibles que pueden proporcionarte información valiosa sobre cómo mejorar tus habilidades sociales.
Busca apoyo profesional: si sientes que tus dificultades pueden superarte, no dudes en buscar la ayuda de un profesional. La psicología o el coaching pueden ser muy útiles para mejorar tus habilidades sociales y aprender a gestionar tus emociones y comportamientos.
Habilidades sociales como la empatía, la escucha activa, el liderazgo, la influencia social o la creatividad se situaron entre las diez más demandadas por las empresas en 2023, según el informe El futuro del empleo del Foro Económico Mundial (FEM).
Además, existen otras competencias interpersonales muy valoradas en el ámbito laboral, aunque no estén vinculadas de forma directa con el rendimiento profesional. Y es que su importancia radica en el impacto positivo que generan sobre el bienestar y la cohesión de los equipos. Entre estas habilidades sociales destacan las siguientes:
Capacidad de persuasión, de liderazgo y de creación de nuevos contactos.
Empatía.
Compromiso.
Curiosidad.
Integración.
En un futuro en el que la tecnología y la inteligencia artificial jugarán un papel cada vez más relevante, estas habilidades humanas cobrarán todavía más importancia. La colaboración, la adaptabilidad, la resiliencia y la flexibilidad serán cualidades esenciales para desenvolverse con éxito en los nuevos entornos laborales.
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Publicado originalmente el 17 de septiembre de 2022, actualizado el 21 de mayo de 2025.
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