¿Sabías que unos empleados felices pueden aumentar la productividad de una empresa hasta un 31%? Esto es lo que señala un estudio de la Universidad de Warwick.
Si bien el concepto de productividad es muy antiguo, es cierto que este, además de adaptarse a conceptos nuevos como la sostenibilidad o la conciliación laboral y familiar, ha cambiado y se ha ampliado notablemente a medida que aparecían derechos laborales nuevos y evolucionaban las condiciones laborales. Asimismo, la productividad en el trabajo tal y como la entendemos a día de hoy ha dado un gran salto con la aparición generalizada de los puestos de trabajo en remoto, a causa de la pandemia por la covid-19.
En la actualidad, la presencia de más distracciones, la tendencia a respetar menos los horarios y, en muchos casos, el aumento de la disponibilidad ha afectado a la productividad de las personas que trabajan tanto desde casa como de las que han vuelto al trabajo presencial. Lo cierto es que la sensación de haber pasado el día entero delante de un ordenador se ha vuelto común y, con ello, muchas rutinas y hábitos se han visto afectados.
Por todo esto, ahora es más importante que nunca aplicar las máximas de la productividad en el trabajo, pero ¿quieres descubrir cómo iniciar este ciclo para mejorar tus hábitos laborales y aumentar tu productividad en el trabajo? A continuación, ponemos a tu disposición un test de productividad para que puedas medir tus hábitos productivos y conocer el margen de mejora de tu rendimiento, así como te brindamos algunos consejos para que puedas aumentar tu eficiencia en el trabajo.
La productividad en el trabajo es, esencialmente, el rendimiento laboral, es decir, los recursos que consumimos para generar un resultado. Sin embargo, por lo general, cuando hablamos de productividad y de los consejos para mejorarla, nos referimos al tiempo relativo que se tarda en completar una tarea, así como al aumento o disminución de este según diversos factores.
Aunque la productividad se centra en mejorar este rendimiento en el trabajo, sus objetivos no solo son producir más resultados en un menor tiempo. Lo cierto es que también tiene como fin tanto desarrollar hábitos laborales y ritmos de vida más saludables como alcanzar un equilibrio satisfactorio entre ocio y trabajo para generar un mayor bienestar que, a su vez, repercuta en un mejor rendimiento.
El primer paso para aumentar el rendimiento es medir la productividad para poder identificar las posibilidades de mejora. Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para medirla son:
Como puedes comprobar a lo largo del artículo, la productividad es un conjunto de hábitos que pueden cultivarse y que va mucho más allá de completar tareas de manera rápida. Se trata de construir un modo de vida que nos ayude a afrontar el día a día con el máximo bienestar posible.
Sin embargo, el primer paso para mejorar la productividad es medirla. Por este motivo, a continuación, te proporcionamos un test de productividad con el que puedes medir tu rendimiento y descubrir cómo llevar un ritmo de vida más saludable.
A continuación, te presentamos una serie de preguntas que te permitirán reflexionar sobre algunos de los hábitos diarios que afectan de forma directa e indirecta en tu productividad. Sigue las siguientes instrucciones para hacer este test de productividad e interpretar los resultados:
Lee atentamente cada una de las preguntas y respuestas y selecciona aquella con la que sientas mayor identificación. No te lo pienses demasiado, la respuesta natural surge de manera automática.
Una vez que hayas respondido a estas 10 preguntas, haz un recuento del número de veces que se repite cada una de las letras A, B, C y D.
Cuando hayas identificado qué letra es la que más veces se repite en tus respuestas, ve al final del test.
Al final del test, encontrarás los resultados que te permitirán medir tu nivel de productividad actual. Además, te ofrecerán una orientación sobre tu estado actual, así como una serie de consejos con los que puedes mejorar tu rendimiento y tu bienestar personal.
Aunque eres capaz de afrontar todas tus tareas, seguramente tu nivel de estrés es alto y el de productividad bajo. Tienes que empezar a organizarte y comprender que tu rendimiento también depende de tu bienestar. No es que no tengas tiempo, sino que no dispones de la organización adecuada.
Debes empezar a cuidarte en el plano personal: dedícate algo de tiempo y no olvides estar más con los tuyos. También deberías analizar cómo es tu día a día y averiguar qué puede estar fallando, dado que seguro que puedes mejorar muchas cosas. Empieza por identificar distracciones, marcarte objetivos, organizar tareas y aprender a decir que no de vez en cuando.
Aunque sabes que tu productividad podría ser mejor, te estás dejando llevar por el ritmo frenético de tu entorno laboral. No quieres fallar y, por eso, tratas de abarcar todo, aunque sabes que esto, tarde o temprano, afectará a tu bienestar y rendimiento.
Tu objetivo debería ser empezar a introducir pequeños cambios que puedan ayudarte a aumentar tu rendimiento. Prueba a organizar tus tareas a diario, respetar tus horarios de ocio y comprobar si el camino que estás tomando va acorde a tus objetivos. Presta atención a las distracciones y evita procrastinar.
Eres una persona que conoce muy bien la importancia de mantener un equilibrio personal y laboral. Te mantienes alejado de las distracciones, conoces tus objetivos y sueles organizar tu tiempo de manera efectiva. A pesar de ello, no eres constante, y en ocasiones se te acumula trabajo. Incluso, cancelas planes de disfrute porque no “tienes tiempo”.
Debes dejar de procrastinar, aprender a decir que no y seguir tu hoja de ruta, porque sabes que ese es el camino para aumentar tu productividad y alcanzar un ritmo de vida más saludable.
A pesar de que el camino ha sido duro, ahora sabes cuál es el camino para estar en equilibrio. Respetas tus horarios laborales, te sabes organizar y la mayoría de días puedes cumplir con todas las tareas que te propones. Tienes tus objetivos muy claros y haces todo lo necesario para cumplirlos.
Todo ello está propiciado por una vida plena, donde combinas el trabajo con tus aficiones, amigos, ejercicio y descanso a partes iguales. Si bien hay días en los que tu productividad también es baja, sabes cómo volver al camino. ¡Enhorabuena! Tan solo te queda seguir mejorando.
Al medir la productividad, ya es posible ver dónde hay margen de mejora y, por tanto, resulta más fácil eliminar distracciones, aumentar el número de tareas breves completadas y reducir el estrés por intentar abarcar demasiado a la vez. A pesar de que el auténtico desafío está en poner en práctica los puntos de mejora detectados, existen algunos consejos que te ayudarán a mejorar la productividad en el trabajo:
En la actualidad, grandes empresas promueven iniciativas para aumentar la productividad de sus empleados, como el “Make Time” de Google. En concreto, esta compañía anima a sus trabajadores a descansar de la pantalla en aquellos momentos en los que funcionan mejor para pensar en ideas innovadoras y así no perder el dinamismo creativo.
Es recomendable que la aproximación a los cambios sea gradual para que resulte cómoda y no tengas que pasar más tiempo pensando en la productividad que en el propio trabajo. Lo mismo ocurre con las herramientas de productividad que utilices: asegúrate de que no añadan más trabajo del que facilitan. Y, por supuesto, vuelve a medir tu rendimiento después de la aplicación de los cambios para ver los resultados e identificar nuevas posibilidades de mejora.
Sin duda, hay mucho más que comprender y explorar sobre la productividad en el trabajo. En este sentido, promover la formación continua de los empleados es una herramienta esencial para motivar a los trabajadores, aumentar su compromiso con la empresa y mejorar su competitividad y productividad.
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