Liderazgo autocrático, democrático, situacional, carismático… Existen muchos estilos de management. Pero, ¿sabes en qué consiste el liderazgo transformacional?
Si quieres pasar de ser el “jefe”, porque así lo dice el organigrama de tu empresa, y convertirte en un auténtico líder, ese al que tu equipo seguiría de manera voluntaria, te interesa conocer este modelo, sus características y pautas para aplicarlo en tu carrera profesional.
La teoría del liderazgo transformacional fue instaurada por James MacGregor Burns, a finales de los años 70, en su libro Leadership. Así, según este autor, en el liderazgo transformacional, tu misión será ahondar en las motivaciones intrínsecas de cada empleado y conectarlas con el propósito y la visión compartida de la empresa. Al buscar qué los inspira, identificar cuáles son sus fortalezas individuales y enlazarlos con la misión de la organización, todo el equipo se siente vinculado con la compañía y los objetivos comunes.
Es decir, de esta manera, encuentran sentido en lo que hacen y, por ello, avanzan hacia su máximo rendimiento de forma voluntaria. Un ejemplo claro de su funcionamiento es un conjunto de personas que colabora de forma desinteresada con alguna ONG. ¿Qué les lleva a prestar su tiempo y trabajo a esa causa? La respuesta es que lo que verdaderamente les motiva es su firme creencia en los valores que la organización propugna, aunque no haya contraprestación material por ello.
Este estilo de liderazgo surge como contraposición al estilo transaccional. En este, el líder consigue que el equipo realice sus funciones a través de un estímulo de premio o castigo. Es decir, en lugar de buscar las motivaciones intrínsecas, se utilizan motivaciones extrínsecas, como un aumento de sueldo, una promoción o el riesgo de un despido, para promover la acción de la plantilla.
Asimismo, en el liderazgo transaccional, el foco de atención se centra en la tarea y en la consecución del objetivo, mientras que en el transformacional se atiende a las aspiraciones y necesidades del trabajador como resorte para lograr las metas. De ahí que la prioridad sea, no solo conseguir cumplir con las tareas, sino que el empleado disfrute de un crecimiento a lo largo de todo el proceso.
En busca de la aplicación de este enfoque employee centric, el líder transformacional intenta que cada profesional encuentre su propio camino para explotar su potencial y llegar a la meta marcada, fomentando la innovación. Esto significa que no se limita a dar indicaciones precisas a los empleados sobre cómo ejecutar sus cometidos sin asumir riesgos, como ocurre en el estilo transaccional. Esto supone que en el liderazgo transformacional debe existir un clima de mayor libertad, creatividad y empoderamiento de la plantilla para que pueda desarrollarse.
Como consecuencia, el líder transformacional es considerado por el equipo como algo más que la imagen clásica del “jefe” que dirige sin apenas mantener contacto emocional con los empleados. Es una fuente de inspiración, una especie de coach o mentor que sienta las bases para que cada trabajador alcance sus objetivos desde el respeto a sus capacidades, la empatía y la confianza.
A partir del concepto de Burns, este modelo de liderazgo transformacional fue desarrollado unos años más tarde por Bernard M. Bass en Transformational Leadership, quien definió las características básicas de este estilo de management.
Si quieres convertirte en un líder transformacional, debes fomentar la creatividad e innovación de los trabajadores. Esto significa que tienes que incitar a los profesionales a que aporten nuevas ideas, experimenten nuevas alternativas y asuman nuevos desafíos en sus puestos de trabajo. De este modo, podrás determinar hasta dónde alcanza el potencial de cada empleado, al mismo tiempo que ellos se sienten apoyados y respaldados por su superior.
La motivación no es igual para todo el mundo: mientras que a una persona le puede resultar enriquecedor el hecho de poder acceder a programas de capacitación, a otra le producirá más satisfacción contar con flexibilidad laboral. Por tanto, la relación de confianza y de apoyo del líder transformacional no puede ser genérica, sino que debe ser adaptada a las necesidades, expectativas y motivaciones de cada trabajador.
Otra de las cualidades del liderazgo transformacional es la capacidad que tiene para transmitir su entusiasmo y energía a todos los empleados y contagiarlos de este espíritu proactivo y ambicioso, consiguiendo así que los trabajadores den lo mejor de sí mismos para alcanzar las metas propuestas.
Por último, como líder transformacional debes actuar con coherencia, honestidad y autenticidad: debes convertirte en un modelo a seguir. Dicho de otro modo, tienes que ser una fuente de inspiración para tu equipo.
Para conseguir estos cuatro parámetros, el liderazgo transformacional requiere que pongas en práctica el siguiente decálogo en la gestión y dirección de equipos:
Cuando pongas en práctica las anteriores pautas en tu liderazgo, percibirás notables beneficios en los resultados empresariales. ¿El primero? El compromiso y la satisfacción laboral de tus empleados. Y es que, dado que ven cómo sus motivaciones y necesidades obtienen respuesta, su bienestar se disparará y su implicación con la compañía crecerá. Como resultado, tu equipo gozará de una sólida identidad corporativa, ya que actuarán como prescriptores de la propia empresa, se reforzará la fidelidad y se reducirá la tasa de rotación del personal.
Por otro lado, debido al empoderamiento que promueve el liderazgo transformacional, los empleados serán capaces de asumir mayores responsabilidades de forma autónoma, agilizando los procesos. Además, según el reciente estudio The effect of transformational leadership on team creativity, la independencia en el trabajo también influye de manera positiva en la capacidad de innovación y creatividad de los equipos.
Esta mayor propensión a asumir nuevos retos y desafíos se traducirá en resultados exitosos gracias, a su vez, a la apuesta por la capacitación de los empleados. Asimismo, tendrá un impacto en su habilidad para adaptarse a los cambios actuales, ya que dispondrán de las actitudes y aptitudes necesarias para ello.
Con equipos preparados, implicados y motivados, la consecuencia final del liderazgo transformacional es un notable aumento de la productividad de los trabajadores, que se traduce en una mejora de la rentabilidad final de la compañía.
Como ves, son múltiples los beneficios que aporta el liderazgo transformacional en el management del siglo XXI, siempre y cuando sea aplicado en un contexto oportuno. No debes olvidar que no existe un estilo de liderazgo mejor o peor, sino que la clave del éxito está en utilizar el más indicado para cada circunstancia.
Por ejemplo, si estás gestionando un nuevo grupo de trabajo o diriges a un grupo de empleados con poca experiencia, será más recomendable usar un modelo donde tengas más control y puedas dar directrices claras. En cambio, en un equipo altamente preparado y ensamblado, donde cada empleado sabe cuáles son sus funciones, puedes apostar por un estilo transformacional, otorgando así una mayor libertad de movimientos a los trabajadores.
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